"Little Boy."
El recreo había terminado y con él los juegos de los niños,
que corrían despavoridos a causa del ruido provocado por la onda expansiva de
la gran explosión. Todo se tornó gris y los edificios de los alrededores fueron
devorados por una ola de humo tóxico y cenizas que no cesó en su avance hacia
los suburbios de la ciudad, hasta haber engullido completamente todo cuanto
pudo.
Después sólo hubo silencio.
Silencio y lágrimas negras cayendo del cielo sobre el
esqueleto de una civilización contaminada por la guerra y el poder. Una batalla
que miles de inocentes pagaron con sus vidas aquel 6 de Agosto de 1945 en la
ciudad de Hiroshima.